Castillo de Piria
Fue la primer obra importante que construyó Don Francisco Piria en 1897 con el Ingeniero Aquiles Monzani, él mismo posee el estilo que caracteriza los castillos templarios: dos lebreles, que atrapan la liebre; en sus jardines, los dragos – únicos en estas latitudes, se dice de él en alquimia “sangre de dragón”, místico por su linfa rosa y panacea para todos los males, árbol de protección. – en las islas canarias actualmente hay uno con respiración asistida y cobran para acercarse a él-.
La entrada estaba surcada por estatuas de terracota, todas traídas de Europa. En su planta baja podemos encontrar documentos, volantes, folletos, fotografías, así como mallas de baño de la época.
Para ascender a la plata alta nos encontramos con una suntuosa, majestuosa escalera de granito, obra de los geniales maestros picapedreros que Don Francisco trajo consigo de Europa. Al llegar arriba vemos salas decoradas en diferentes estilos. Desde allí se divisa la bodega, al frente, cruzando la ruta, donde se destiló el vino Piriápolis y la muy famosa Coñaquina, que según Don Francisco “curaba todos los males”.
Fuente: APROTUR