Museo de la Revolución Industrial - Ex Frigorífico ANGLO
En 1858 Ricardo Hughes inició la construcción del saladero entre los arroyos Laureles y Fray Bentos.
Pero a finales del siglo pasado la industria de los saladeros comienza a decaer debido a la imposibilidad de conservar la carne en los largos viajes a Europa.
Este problema sería solucionado por el Quim. Alemán Justus Von Liebig, considerado el "Padre de la Química Orgánica" al crear el extracto de carne.
Este se asocia con el Ing. Alemán George Giebert, quien radicado en el Uruguay comienza a producir extracto de carne en Fray Bentos y lo exporta a Europa. Durante la guerra Franco-Prusiana los franceses sitiados en París consumían extracto de carne. La marca Fray Bentos dio la vuelta al mundo en forma de varios productos, particularmente el "corned Beef".
En 1924 Liebig se transformó en el Frigorífico Anglo, que llegó a elaborar 100 especialidades de conservas y a emplear a más de 3500 trabajadores.
En una jornada la planta faenaba 1600 vacunos, 6400 corderos y 4800 capones.
Famoso en todo el mundo: Los ciudadanos del imperio británico fueron grandes consumidores de los productos Fray Bentos. Algunos de ellos, símbolos de una época y un estilo de vida, aparecieron en películas como "Gallípoli", protagonizada por Mel Gibson (que muestra latas de "corned beef" en medio de esa batalla de la Primera Guerra Mundial), y la premiada "El paciente inglés".
Extracto de carne: Hasta la segunda mitad del siglo XIX la producción uruguaya de carne sólo se exportaba en forma de charque o tasajo (carne seca y salada).
El extracto de carne y el "corned beef" enlatado abrieron nuevas posibilidades, que se ampliaron enormemente con la aparición de los barcos frigoríficos, que por primera vez permitieron vender carne fresca al exterior.
La promoción de sus productos hizo que la Liebig´s Company arrasara pronto con los primeros premios de todas las exposiciones internacionales en que se presentaba, lo que hizo que a partir de 1885 sólo se le aceptará "fuera de concurso".
Fray Bentos, el camino de la carne.
Cuando en los últimos años de la década de 1910 la Liebig acusó el desmedro causado por el resultado de la Primera Guerra Mundial, el establecimiento estuvo a punto de cerrar, hasta que en 1920 se produjo un negocio que hizo surgir a la que fuera la ANGLO DEL URUGUAY, con capitales netamente ingleses.
A este establecimiento le tocó desarrollar la novel tecnología de la industria frigorífica y hacer frente a los compromisos de producir para dar de comer al viejo mundo, sumido en las conflagraciones de la II Guerra Mundial y la Guerra de Corea.
Nunca se hizo más real aquel dicho -nacido en épocas de la Liebig- que en Fray Bentos "lo único que se desperdicia es el mugido del vacuno". El aumento del consumo generó un crecimiento inusual de la empresa y sus instalaciones fabriles, a las que se sumaron durante décadas departamento tras departamento, produciendo no solamente conservas de carne -ideales para el consumo de las tropas aliadas- sino también varios subproductos originados en la faena de carneros, cerdos, pavos, vacunos y en el aprovechamiento de la producción agraria de la que surgían inigualables productos en su calidad como rabos vacunos, lenguas de cordero y de cerdo, pucheros enlatados, albóndigas, ravioles enlatados, salchichas, quesos de cerdo, salames, mortadelas, chorizos, panceta ahumada, lomito de cerdo, pildoritas, sesos, jamón, paté, frutas y legumbres enlatados, dulces y mermeladas, etc.
Entre el Anglo y la comunidad hubo una relación paternalista que la historia de la industrialización ha revelado en múltiples oportunidades. Ese tipo de relación sitúa a las personas en una fuerte dependencia de la empresa y alimenta en la comunidad comportamientos basados en una suerte de creencia mística en la inmortalidad del sistema así genera que no admite la posibilidad de crisis. Pero ésta llegó y ante la paralización total de la empresa hubo protestas, manifestaciones y marchas a pie a Montevideo.
El Anglo funcionó como frigorífico hasta 1979 y después fue cerrado. En junio de 1989 la parte central del frigorífico fue declarada "Monumento Histórico Nacional". Parte del mismo se convirtió en museo, y el resto de las instalaciones se transformaron en un Parque Industrial Municipal, en el que operan pequeñas empresas.